Yo sabía que no estaba paranoico. A mi, alguien me sigue...

20 de junio de 2009

ERAMOS TAN JOVENES (Remake)


Soy un enamorado del enamoramiento


Para mi, no hay mejor etapa que la de la seducción.
Esos días previos a concretar un encuentro. El estar pendiente de las llamadas, los gestos…
Sentir ese cosquilleo tan maravilloso cuando ella ríe con una de nuestras ocurrencias o el otro tipo de cosquilleo que se siente frente al “casual” contacto de cualquier parte de nuestros cuerpos
Ni hablar del primer beso, si es que hemos hecho bien las cosas.

El tema es que antes de lograr ese beso, uno hace cosas que en un estado normal de los sentidos no se atrevería a hacer.
Incluso, mucho tiempo después, ud sigue sin poder creer que alguna vez haya realizados esas acciones que hoy lo avergüenzan, ya sea que todo saliera bien y ud terminara enredado bajo las sábanas con la señorita escogida o bien todo se haya ido por la borda y ud se encuentre casado con la dama en cuestión

No hablo de colgarse de un octavo piso cual “el hombre araña”, sino de pequeñas acciones que EN ESE MOMENTO nos parecieron una buena idea.

Este item lo desarrollaré en el próximo post.
Hoy, ahora, quiero hablar de otra cara de la misma moneda

Recuerdo una vez que, caminando por calles porteñas, con Romina - una señorita con la cual yo tenía intenciones amorosas - pasamos por delante de uno de esos puestitos callejeros de venta de flores
Ella dijo algo parecido a “que lindas !” señalando unos yuyos en particular y no necesitó decir más.


Briks, rápido de reflejos, le exigió al florista el mejor buqué de esas flores tan bonitas
El tipo escogió un ramo colorido y con una sonrisa cómplice se las dio a la dama que las recibió con un gesto complacido.
Vislumbré cierto rubor en las mejillas de Romina.
Rubor que yo interprete como una promesa incondicional de satisfacer mis deseos sexuales.
Todos.
Por perversos que fueran.
(ese es otro punto. Los hombres creemos que un simple bocadito Cabsha nos garantiza dos horas de placer físico) (lamentablemente no es así)
(aunque debería)

Sigo,

Con esa imagen de Romina en mi cabeza, metí la mano en el bolsillo y pregunté delante de ella “cuánto le debo? Caballero”

Y casi de inmediato advertí mi error.

El mismísimo Belcebú, personificado en ese infame florista me sonreía desde lo más profundo del averno.
Pude ver el reflejo de las llamas infernales en los ojos de ese ser, mientras que con su aliento infecto de azufre me decía “son 20 pesitos, maestro

El puto ramito no debía valer más que $5 !!

ud regatearía el precio delante de la dama de sus sueños antes del primer beso??

Entrecerré los ojos y lo amenacé de muerte con la mirada. El tipo me hizo saber de igual manera que se reía de mis amenazas. Romina se mantuvo ajena al duelo ignorándolo por completo.
Pagué como un caballero y me fui indignado y sacando cuentas mentales por los gastos futuros de la cita que no terminaba.
Hoy, sólo compro jazmines porque son las flores que me gustan a mi y las que le gustan a Moni y porque si me quieren cobrar $ 2 más de los que valen es ella la que se les tira al cuello.

Es brava Moni


Alguna vez les tocó vivir una situación incómoda con algún/a pretendiente?


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