El reloj del vehículo marcaba las 11:30hs cuando pasé por frente de la “plaza de las Naciones Unidas”, como, ampulosamente, denominaron a ese jardincito con banderas de todos los colores. Dudo mucho que todos los trapos que alcancé a ver flameando en los mástiles correspondan a naciones de existencia real. Quizá una veintena de ellos sí, no más.
Desde allí, hasta mi destino final, sólo transcurrieron un par de minutos. Agradecí a Yisus por el GPS.
De no ser por él, probablemente hubiera terminado en Montevideo (justo es reconocer que las indicaciones del dueño de casa – las que incluyeron el envío de un mapa – permitieron que el resto de los asistentes arribaran sin mayores dificultades).
Fui el primero en llegar.
Cuando se trata de comida, tomo el asunto con la mayor seriedad.
Una de mis más grandes preocupaciones era poder descubrir al resto de los individuos que nos daríamos cita en ese lugar (anfitrión incluido) ya que el único rostro conocido por todos era el del Sr Bugman. Una cara difícil de olvidar.
Para ello, confiaba en mi gran poder deductivo.
Descubrir al Sr Viejex, dueño de casa, no fue un problema. Ayudó mucho el hecho de que al abrir las puertas de su domicilio, me dijera “Hola, soy Viejex”
Poco a poco fue arribando el resto del MIB. Reconocí al Sr. Bugman de inmediato. Tuvo la decencia de no cubrir su calvicie. Por otra parte, yo consideraba altamente improbable que otro miembro del grupo se hubiera rapado para la ocasión.
Se vivieron momentos de zozobra cuando, en un único vehículo, llegaron el Sr Bigud, el Sr F y el Sr Mariano. Para colmo de males, el Sr Bigud decidió asistir sin su casco de Darth Vader, tan característico de él.
“Me molesta para comer” confesaría en la sobremesa
Al grito de “nos chorean..NOS CHOREAN” y “las mujeres, los niños y la picadita primero!!” corrí hacia la parrilla para defender con mi vida las costillas de asado, el pollo, un poco de vacío y los chorizos. En la desesperación sólo atiné a tomar una escoba para que hiciera las veces de arma.
La mesura y la calma la trajo, cuando no, el Sr Pablo (también llevó coca cola) que coincidió en llegar apenas un par de minutos después y aclaró quién era quién. Probablemente lo hayan hecho, antes, los otros pero eso me lo perdí buscando la escoba y camuflando la parrilla.
Cuando me uní al grupo, adjudiqué mi respiración agitada a la emoción de verlos a todos juntos. Preguntado del por qué de la escoba que ceñía en mi mano más hábil, espeté un “hagamos de cuenta que es el Sr Renegado. No rompamos el místico circulo del número 8” (que representa el infinito, para los que no lo saben)
Supongo que a algunos le habrá parecido extraño pero nadie se atrevió a comentarlo. Afortunadamente nadie supo de las verdaderas razones que me llevaron a tomar ese objeto. Sobre todo porque, en la parrilla, había un machete de generosísimas proporciones, que hubiera cumplido con mucha mayor eficacia el cometido que yo pretendía. Estuve tentado de preguntarle a Ouchurus (la esposa psicóloga del Sr Pablo) (no es que sea la psicóloga del Sr Pablo ni que el Sr Pablo tenga otras esposas, es que ella...bueno...Uds entendieron!) el por qué de mi acto fallido pero lo juzgué imprudente y guardé silencio. Los muchachos son como los tiburones cuando huelen sangre, si de hacer bromas se trata.
Si me permiten, el resto de lo acontecido esa tarde me gustaría que quedara en el seno del MIB. Me gustan las senos.
Sólo agregaré a modo de despedida:
- “nunca me pasó, es la primera vez” es algo que nadie le cree, Sr Viejex.
- Hacer un largo silencio (laaaargo silencio) antes de responder a una pregunta simple, Sr Bigud, es – al menos – sospechoso.
- No, Sr Mariano, su obsesión con esa gente no es algo normal.
- Lo noté muy callado durante toda la reunión, Sr Renegado. Como incómodo, rígido. Eso si, en la foto salió muy bien.
- Diga la verdad, Sr Pablo, hasta el momento de la despedida ud no estuvo tranquilo por haber llevado a su encantadora esposa y su hermosa descendencia. Por eso se sentó cerca mío? Qué era ese extraño objeto que tenía a la altura de la cintura y parecía un arma?
- “tengo que avisarle a mi mamá” nunca, repito, NUNCA, es una frase afortunada si usted está rodeado de sátrapas de nuestro calibre, Sr F.
- Entiendo que se haya quedado con ganas de utilizar la “DI FOR”, Sr Bugman, pero créame. No faltará oportunidad.
Señores… GRACIAS POR LA MAGIA !!
mi buena amiga MARINA me envió un correo que se aplica a la perfección y que aqui transcribo (ignoro la autoría del mismo y sé que hace bastante tiempo que anda circulando por ahí)
¿QUÉ ES UN ASADO?
(escrito por una mujer).
El asado es la única comida que el hombre cocina. Cuando el hombre se propone hacerlo, la cadena de acontecimientos es más o menos la siguiente:
1. La mujer, va al supermercado a comprar todo lo que es necesario.
2. La mujer prepara la ensalada, las papas con mayonesa y el postre. (las ensaladas son para las mujeres y los conejos. Los hombres comemos carne y nada más)
3. La mujer, prepara la carne, la pone en una fuente con los utensilios necesarios; mientras que el hombre está sentado junto a laparrilla, tomándose un vino. (utensillos necesarios? un hombre de verdad se arregla con un palito quemado, un cuchillo y las manos)
4. El hombre pone la carne en la parrilla.
5. La mujer vuelve adentro, a poner la mesa y a preparar la ensalada.
6. La mujer le dice al marido, que la carne se está quemando.
7. El hombre saca la carne de la parrilla.
8. Después de comer, la mujer trae el postre, levanta la mesa y luego lava los platos.
9. El hombre le pregunta a la mujer, si está contenta de no haber tenido que cocinar ese día, y percibiendo la cara de orto de la mujer, concluye, que no hay poronga que les venga bien.
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