Yo sabía que no estaba paranoico. A mi, alguien me sigue...

11 de abril de 2010

UN HITO


Si ud es de los que, como yo, se perdió el descenso del hombre en la luna, no tuvo ganas de moverse de su casa para ver al Papa pasar por su ciudad dentro de una pecera con ruedas, ni miró hacia el cielo cuando lo surcó el cometa Halley… no se preocupe; la historia del mundo nos enseña que, cada tanto, algún hito se presenta ante nosotros. Sin ir más lejos, hoy bien podría ser uno de esos días y es que Ud, amigo lector, esta siendo testigo del nacimiento de una de esas secciones que están llamadas a ser clásicos del mundo blog, como el PG del Sr Bigud o la abandonada “entrevistas” de la Sra Mona Loca, para citar sólo dos ejemplos.

Hoy nace… (fanfarrias)... “LEYENDAS URBANAS”.


oooooohhh (exclamación fascinada)


Espere, espere, quite ese gesto de sorna de su rostro y ud, no se vaya, cómo que es una pavada recontra vista? No, no

Yo no hablo del típico cuentito del joven que concurre a una fiesta, conoce a una bella muchacha de vestido blanco a la que invita a bailar y de la que se enamora instantáneamente. A la que luego le presta su abrigo para protegerla del frío y acompaña hasta su casa. Ese que al día siguiente, cuando vuelve con intención de verla nuevamente, es atendido por los padres de ella, quienes con sorpresa y estupor le informan que la muchacha ha muerto uno o dos años antes y que, al no entrar en razones, es llevado hasta el cementerio, por los afligidos padres, con el propósito de ver la tumba y así convencerlo de la verdad de sus dichos. Al llegar, los tres quedan pasmados, al descubrir que sobre la lápida descansa el abrigo que el muchacho le había prestado a la joven la noche anterior.

NADA DE ESO

Esta sección apuntará más bien a aquellas verdades que damos como ciertas (o no) pero que resultan inverosímiles y nos exigen o bien un acto de fe o bien una comprobación empírica, personal y vívida.

Ud decide

Por ejemplo, todos hemos oído decir que “nadie la chupa como un gay”
Cri…cri…cri

Siguen ahí?
OK, yo no lo sé, ergo, o lo creo sin más o…. lo creo sin más. Punto (dije puNto)
La idea es que, entre todos, lleguemos a una conclusión. Algunos darán sus opiniones basadas en vaya a saber Yisus qué datos científicos y otros…sólo darán su opinión.
Mientras tanto les dejo una leyenda urbana de “la vieja escuela”, pero esta es bien local, incluso algún vecino de la ciudad, de más años que yo, pueda traer luz al resto de los lectores (incluyéndome)


Bahía Blanca es conocida como “la capital del Básquetbol”. Siempre se caracterizó, por ser una plaza fuerte dentro de ese deporte. De aquí han surgido jugadores de la talla de Emmanuel Ginobili, Juan Espil, Pepe Sanchez y Hernán Montenegro, entre otros.

A mediados de la década del ochenta, se crea la LIGA NACIONAL. Un torneo que cruza a equipos de todo el país. Mientras que algunas ciudades cuentan (con suerte) con un equipo en la liga, Bahía Blanca presenta TRES. El nivel era excelente y para mejor, se traen los primeros extranjeros que fueron incorporándose, paulatinamente a la liga.

Ver, en 1985, a un negro neoyorquino de dos metros, caminando por las calles de Bahía Blanca, era todo un acontecimiento.
Y no falta el pavote.
En este caso, el “loquito” sarasa (por cuestiones legales me reservo la verdadera identidad pero el personaje en cuestión era conocido como “el loquito X” – aquí va su apellido real)
Un nene de mamá, mal arriado y pendenciero que, con el dinero de su padre, un profesional “influyente” (estamos hablando de una ciudad un poco más grande que un pueblo, por aquél entonces) siempre tapó las cagadas que se mandaba.
Era una verdadera plaga. Acostumbrado a satisfacer sus deseos no solía aceptar un no de nadie.
Y se metejoneó con una de las esposas (o novia, no lo sé) de uno de estos extranjeros. Aparentemente una negra hermosa de curvas generosas (ud sabe que con cada relato los datos se exageran, sin duda). Empezó a perseguirla por todos lados, le hacía invitaciones proposiciones y quizá hasta regalos. La pobre morocha no podía ir a los partidos porque allí estaba el loquito, en la tribuna, haciendo su trabajo de seducción, en la calle, en todos lados.
Finalmente, tanta insistencia pareció haber logrado sus frutos.
La mujer citó al loquito al departamento que el club les había alquilado.

Imagino que el tipo se presentó regodeándose de las hazañas que iba a contar entre sus amigos. Es seguro que debe haber alardeado previamente, también.

Ella lo recibió (aquí el relato varía según quien lo cuente) (a mi me gusta decir que: ) le hizo un par de mimos, nada demasiado jugado y le pidió que se desvistiera. El loquito no había terminado de oír el pedido cuando ya estaba desnudo, es allí que ella se disculpa para dirigirse a la habitación, abrir la puerta y dejar salir de la misma a su (inmenso) novio y un amigo de él.

Algo así es lo que relató el loquito en la guardia del hospital

Por cierto, a partir del incidente al loquito lo empezaron a llamar “6 puntos”, que es lo que, aparentemente, le tuvieron que poner en el ano. Seis puntos de sutura.

“6 puntos” se fue de Bahía Blanca para nunca más volver. Al menos no públicamente.
A mi me lo contaron y juran que es así


Conocen uds alguna leyenda urbana?


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