UNA MEJOR PERSONA

INDIGNADO

Así estoy hoy. Indignado

Sé que mi estado de ánimo no es el mejor. Tomar conciencia que el verano “ya fue” me resulta doloroso y cruel. El mundo sabe que soy una mejor persona en verano. Canto frente al espejo, sonrío a todos y acaricio mascotas ajenas. Soy más tolerante con los que me rodean y no resulta extraño verme realizar alguna que otra buena acción por el sólo placer de facilitarle la existencia a mi prójimo. Porque, en verano... sí tengo prójimos.

Por el contrario, con el advenimiento de los primeros fríos – profetas del duro invierno bahiense - a la par que archivo las reposeras en el garaje, me convierto en un ser mezquino, perverso y sin corazón; (algunos dirán que me limito a ejercer mi profesión a conciencia).

Sin embargo, esto que les voy a contar, nada tiene que ver con mi situación personal. Estoy seguro que al final de vuestra lectura, más de uno sentirá la imperiosa necesidad de pasar su brazo izquierdo (o el derecho, no es importante, colabore) por mi hombro y, con rostro severo, decir “te entiendo Briks…te entiendo como nadie” y sin solución de continuidad nos fundiremos en un fraternal abrazo. Y si no...

váyanse a cagar!

(les dije que el final del verano me cambia el humor, no?)

INICIDENTE 1:

Mi vecino ha decidido vender un cacharro infame al que él llama auto. A tal efecto decidió estacionarlo en el frente de su domicilio con un bindón sobre el techo que, escuetamente, versa ”SE VENDE. TEL 154xxxxxx”.

Nada más.

El detalle es que “el frente de su domicilio” no es más que una pared con un portón para la entrada de vehículos, ergo, toooodo el que acierte a pasar por allí se verá tentado a apostar su mano más diestra afirmando que el que vende el trasto…soy yo.

Responder a los innumerables “flaco, cuánto pedís por el auto?” no es tarea difícil, sin embargo, que te toquen el timbre insistentemente interrumpiendo cualquier actividad que estés haciendo, termina minando tu espíritu.

Resulta todo más pintoresco si, hastiado, decidís NO RESPONDER a los llamados de la puerta y para tu sorpresa, los posibles compradores, asumen que es una buena idea golpear tu ventana.

Esto último pasó (hasta ahora) dos veces y puedo afirmar, sin duda alguna, que me he ganado dos nuevos enemigos.

INCIDENTE 2:

Hoy, como desmintiendo todo lo anterior, Yisus me sorprende con un domingo ES-PEC-TA-CU-LAR. Un cielo inmaculado me dicta una mañana de lectura recreativa al sol, lo que, sumado a la derrota de Boca Juniors a manos de la alicaída “Academia” me ponen del mejor humor. Decido impresionar a Moni llevándole el desayuno a la cama y a tal fin corro a la panadería más cercana.

Domingo 8 AM.

Quién puede estar despierto un domingo a las 8 de la mañana?

Un galante caballero como yo…quizá algunos jóvenes que regresan del boliche…algunos trabajadores…poca gente más…

AH, si claro, la gente de más de 60 años.

Cuando entré al local no había nadie en la vereda mas al cerrar la puerta del comercio observo a una anciana que venía – inequívocamente – al establecimiento. Por eso que dije antes de galante caballero etc etc me pareció lógico (de hecho ni lo pensé) abrirle la puerta a la señora para que pasara.

Ni gracias ni buen día.

No dijo ni mu. Ok. Es un día hermoso. Chopper me espera afuera y soy feliz. Aquí no pasó nada.

“buen día” - dice la empleada y agrega - “quién sigue?”. ”YO!” - exclamó la anciana, más rápida de reflejos que un gato montés.

La tierna abuela no sólo me había ignorado olímpicamente cuando le abrí la puerta sino que ahora me birlaba el lugar

Ok (de nuevo) cuánto podía tardar? Seguramente pediría un par de miñoncitos para los fideos del mediodía y ya…

”6 facturas, querida”. No les dije? Una cosita la abuela. Se quiere dar un gustito…

…

LO QUE TARDÓ LA VIEJA DE MIERDA PARA PEDIR ESAS PUTAS 6 FACTURAS !!!

La muy chota las elegía de a una. Encima pedía una “de acá” y la otra, un poco más, la buscaba en la otra punta del salón. Incluso, cuando la empleada tomaba (me consta) la que ella pedía, esperaba que llegara al mostrador para desdecirse y solicitar se la cambiaran por otra !!

Con uds… la señora en cuestión.

O sea, tuve tiempo de protestar, de pensar en postear el incidente y hasta de sacarle una foto… y la vieja no terminaba !! (apenas había escogido 4 de las 6 facturas)

Un análisis en detalle del documento gráfico revela como la señora esgrime en su mano izquierda un billete de $ 10 (la docena cuesta $ 18)

No voy a decir que llegué al punto de desear que muriera en forma violenta, pero sobre todo, rápidamente – eso sería exagerar un poco – pero sí admito que pensé cosas feas. Muy feas.

Y MÁS AÚN cuando al escribir este post y bajar la foto de mi celu advierto ESTO:

Es mi imaginación..O ME ESTA HACIENDO UN FUCK YOU ??!!

AARRGGGHHH

Qué cosa los pone violentos?