Yo sé que soy bastante “pocaspulgas” para manejar.
Que no le tengo mucha paciencia al que va delante si es un poco gil.
Que le pego “finos” a los que van despacio por la mano que no corresponde o que insulto a los que me cierran o cruzan un semáforo en rojo, casi hasta el punto de invitarlos a pelear.
Lo sé.
Y no me enorgullezco de esto.
Trato, sin embargo, de no realizar tan reprochable conducta cuando se trata de un viejo o una dama; a lo sumo podré decir
“Y!! CLAAAAARO !! ESSSSSSSSS UNA MINA !!”
Esto no evita la censura cruel de mi acompañante; Moni.
Entonces, si está tan mal lo que hago…
Por qué esperas a que en el auto de enfrente viajen cuatro fulanos con pinta de ex presidiarios moscovitas, del tamaño de mi auto, cada uno, para encontrarle 52 pintorescos sinónimos a la palabra “boludo” y despachárselos con gestos y otros epítetos que me hacen pensar si no tenes un pasado de “barra brava”?
Acaso no te resulta lógico pensar que es probable que te contesten y qué en ese caso no vas a ser vos la que responda sino este gil – leáse, YO?
recuerdan algún brete en el que se hayan visto envueltos por culpa de un tercero?
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