Llueve en Bahía.
Es ese tipo de lluvia, finita y persistente, que lo invita a uno a quedarse en casa... calentito... con un buen chocolate caliente…
Adivinen dónde estoy y tomando qué; JE, JE, JE
Les voy a ser sincero.
Pensaba aprovechar esta tarde libre para escribir sobre la ropa interior femenina, como me pidió un entrañable amigo. Fetichista éste, como Ud. se imaginará.
En eso estaba cuando me pareció propicio ilustrar el posteo con alguna buena imagen…
Caramba! Que bellas damas acompañan cualquier publicidad de lencería femenina. QUE LINDAS SON LAS MUJERES LINDAS.
Y fue justo ahí cuando saltó (no se asuste) la coneja.
En mis muchos años de soltero he tenido la suerte de "estar" con un par de señoritas, quizá un poquito más y reconozco que no todas ellas han sido modelos de Pancho Dotto. Esto se entiende perfectamente si Ud. me ha visto alguna vez. Lo curioso es que también alguna que otra hermosa dama SI decidió concederme la gracia de su compañía. Eso es raro.
El punto es que tanto unas, como otras tienen sus pro y sus contras.
Hemos escuchado hasta el hartazgo eso de “es macanuda” (posteo del 23/04) en clara referencia a lo fea que es la mina, pero no se trata de un enunciado como contraposición a la belleza de la otra.
O - al menos - no es sólo eso. Suele suceder que EFECTIVAMENTE, la fea es macanuda.
Tengo tres amigas con las que realmente me descostillo de la risa, siento que puedo tocar casi cualquier tema y que siempre se prenden para cualquier programa. Son boca sucia cuando deben serlo y verdaderas damas cuando la ocasión lo amerita, pero la cruel realidad indica que dos de ellas son un poco feitas (porque las quiero, de lo contrario debería decir que no las toco ni con un chorrito de soda) (la tercera esta más buena que comer una pata de pollo después de hacer el amor) pero es la excepción.
Y AHÍ esta el tema,
las mujeres bonitas siempre andan haciendo caras por todo y uno siente que debe preguntar cada quince minutos si les pasa algo. Siempre suelen mirar todo como con “asquito” y a la menor contrariedad se quieren ir a la casa. Las feas, en cambio, se suman a cualquier programa hasta la hora que sea. Son buenísimas para trasnochar y se bancan que les llames un taxi para irse a su casa después de unos mimos.
Si amanecen en tu casa, te preparan el desayuno y siempre dejan las tazas lavadas (y todo lo demás que hubiera en la pileta).
Si vas a comer con una bonita te tenes que bancar que pida los platos más simples (dos hojas de lechuga, una de rúcula y salsa de soja con zanahoria rallada) pero – sin duda – será de los mas caros y cuando traen la cuenta, se hacen olímpicamente las boludas.
Las feas en cambio, salen con plata en el bolsillo para colaborar. Y lo más lindo es que son cómplices de la empanadita con ají, el pechito de cerdo y otras delicias que hacen la vida del hombre más hermosa y placentera.
Las mujeres esculturales son malísimas para empujar un auto en una noche lluviosa. Mientras que una fea es capaz de desarmar un motor con un corta uñas mientras vos le sostenes la linterna.
A los amigos les cae muy bien una fea. Son consideradas un miembro más del equipo. No hay tensión sexual en el ambiente, nadie se la quiere levantar, por su parte la fea no arruga la cara cuando uno de los muchachos eructa.
Como plus, hacen pis en cualquier baño.
Las bonitas miran el identificador de llamadas antes de contestar, mientras que las feas siempre están ahí para vos.
Uno las puede pasar a buscar a cualquier hora y, más aún, las podes llamar borracho a las tres de la mañana que te van a escuchar, sin reproches.
Cuando tenes una novia bonita, debes hacer curso de "puerta" o ser maestro de Jiutzu-do, porque tus amigos se la pasan mirándole el culo y otros atributos y tus enemigos tratando de quedárselos.
Las novias bonitas te toman de caddie para que les lleves la mochila de la universidad o esas bolsas llenas de ropa que vos mismo pagaste en el Shopping. Las feas en cambio, te acompañan al súper y te ayudan a subir las bolsas sin pedir ni un jabón a cambio.
Las novias feas jamás te olvidan y siempre se les puede hacer un "repasis". En cambio las bonitas son ingratas, terminan cambiándote por cualquier monigote, porque esas, las más “sheguas”, con sus trasparencias, sus siliconas, sus cinturones de piel de culebra, sus carteras enanas, sus pantalones descaderados, sus lentes de colores y sus botas puntiagudas, están dejando asomar esa loba rabiosa que tienen no tan bien escondida.
Las bonitas nos ponen nerviosos. Nos desgastan, nos envejecen más rápido.
Las feas, en cambio, aportan. Son buena compañía, suelen tener una charla divertida, son bastante caseras, son inmejorables compañeras de trabajo y muchas tienen un excelente sentido del humor.
Como el hombre es un ser de contradicciones constantes y yo soy muy hombre...
desde hace mucho ESTOY CON LA MÁS BONITA DE TODAS!!
NOTA: llegó a mi correo una campaña que me encantó. Algún Rosarino, supongo, pensó que sería piola cambiar el día del amigo (20/07) por el 19/07 – fecha en la que falleció el Negro Fontanarrosa. Personaje que siempre leí, admiré y sufrí el día que supe que estaba enfermo.
Obvio que tiene mi voto. El negro hizo un culto de la amistad durante toda su vida.
El que quiera sumarse esta invitado a llevarse la foto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario