Yo sabía que no estaba paranoico. A mi, alguien me sigue...

29 de febrero de 2008

ERAMOS TAN JOVENES (PARTE I)

Hace poco una visita a un blog amigo
(me encanta como suena, pero la verdad es que ni me registran)
me obligó a realizar un ejercicio de memoria.
Soy bueno para los ejercicios, aún cuando deteste los abdominales.

La consigna era recordar qué cosas (vergonzosas, obvio) habíamos hecho por amor.
Tal mi costumbre respeté el mandato sólo por la mitad y terminé respondiendo lo que no me preguntaron.
De todas maneras, me sirvió para poner celosa a Moni y, a la vez, traer a mi memoria distintas situaciones vividas con y por el sexo opuesto con el único fin por el cual hacemos todas y cada una de las cosas que realizamos a lo largo de nuestra vida.
Ponerla.

(bonito efecto de cámara tipo “pixelado”, se escucha “dancing in the dark” de Bruce Springsteen y se ve a un Briks adolescente, recién salido del secundario, ingresando a un edificio con una chapa que dice REGISTRO AUTOMOTOR NUMERO UNO)

- Hola, esta bubu? Pregunta el muchacho
- Si, ya te lo llamo. Responde Claudia, una rubia de ojos celestes apenas mayor que él. Era de una belleza bruta, poseía buenos pechos y mejor cola pero parecía ignorarlo...o era tremenda turra. No lo se.

Briks supo al instante que debía poseerla.

Claudia era la telefonista/secretaria del registro donde bubu hacía las veces de cadete o algo así. A partir de este fugaz encuentro con la señorita, se sucedieron infinidad de llamados telefónicos e igual cantidad de “te paso a buscar x tu laburo”. (dirigidos a Bubu, no a la señorita). Claudia bien pudo pensar que bubu y yo éramos pareja.
Afortunadamente eso no ocurrió.

Eran otros tiempos; no sabíamos de la hiperinflación, ni del corralito ni de la desocupación de dos dígitos.
Digo esto porque no me costó nada conseguir laburo ahí. Con obra social, aportes y todo, mire.
Necesitaba el trabajo? Claro que no o CLARO QUE SI. Qué mejor que verla diariamente en el laburo y así lograr mi objetivo?

Conclusión: mi primer trabajo en la vida lo obtuve sólo para tener sexo

(otro bonito efecto. Briks sale del archivo dando saltitos y golpeando sus talones mientras le guiña un ojo con un expediente bajo el brazo a una Claudia que sonríe enamorada. La imagen se disfuma lentamente y reaparece con un Briks apenas mayor, conduciendo un fitito de estado calamitoso por la ruta 2, junto a tres muchachotes más. Suena Whitesnake en el pasacassette)

Es fiesta de la primavera y como todos los años se festeja en Monte Hermoso. (ya les hablé de Monte) Este año es especial porque estreno auto. Un fiat 600 ’68 comprado con los sueldos ahorrados de mi primer trabajo. El auto es una vergüenza. Mal de chapa y peor de pintura, es para mi una nave espectacular. Me siento un cruzado en su brioso corcel, un corcel que apenas levanta a 100 km/hs. temblando como un epiléptico y haciendo más ruidos que la Tota Santillán en el baño. Parece poseído, pero OJO, no levanta temperatura.

En Monte, conozco a… pongámosle que se llama Gabriela. No recuerdo su nombre aunque si me acuerdo con increíble claridad de su apellido. Cosa curiosa ya que yo la tuteaba (tu-tu) y seguramente no la llamaba por el apellido después de eso.

El 21 de septiembre es una fecha históricamente regida por las urgencias hormonales. Mi generación no fue excepción.

Ella era de Dorrego, una localidad distante 140km de Bahía. Ambos queríamos concretar lo que había “florecido” esa primavera (faaaaa) y nos pareció buena idea que viajara a Bahía. Yo debía pasarla a buscar por la Terminal. El micro llegaba a las 19:00hs, mientras que mi trabajo me retenía hasta las 18:00hs, de ahí a casa a pegarme una duchita y estaría listo como un boy scout para explicarle la técnica del nudo ballestrinque, el corredizo y el marinero (todos a la cama).

El destino – y mi jefe – (el Dr. Ruiz) me jugarían una mala pasada. 18:50hs recién salía de la oficina. La ducha quedaría para más tarde, no era mala idea.
La puntualidad es algo que respecto muchísimo. La calentura la respeto aún más.
Tenía que llegar en 10 minutos.
Cualquier ser que osara cruzarse en mi camino se convertiría automáticamente en una mancha roja en el asfalto.

MALDITO CICLISTA QUE DESOYÓ MI ADVERTENCIA.

Juro que no tuve la culpa. Sé que suena a verso trillado y poco creíble. Hasta los peores asesinos seriales seguramente digan “soy inocente”; pero que feo es que nadie te crea. Yo a Porreti le creo ! me resulta simpático ese apellido.

No entraré en detalles del accidente. Qué se yo …un golpe…un viejo sentado en el medio de la calle…una bici hecha un moño por allá…un fitito con más conciencia cívica que yo por acá..(traté de huir, el auto no me lo permitió, no arrancó)…en fin, lo de siempre imagino.

- Señor, esta bien? Pregunté.

El tipo no hablaba (del cagaso) pero respiraba (buena señal dicen todos los libros de medicina). Comenzó a juntarse gente y todos los ojos me acusaban MAL. Mi corta edad no me ayudaba. Cualquier adolescente detrás de un volante es un pistero loco y homicida. La teoría de la locura se fortalecía por el estado de mi Fito, lo de pistero resultaba altisimamente improbable por el mismo motivo.
Tenía que actuar rápido.

- “Vamos, lo llevo a un hospital para quedarnos tranquilos”. Y lo cargué en el fitito.

Un comerciante prometió cuidar lo que quedaba de la bici. Esta vez el auto arrancó.

19:30hs (media hora después de la estipulada), yo llegaba a la Terminal para buscar a la señorita en cuestión. Su cara no era la mejor, pero tuve suerte; reforzaba mi disculpa y hacía más creíble mi excusa, el albañil embestido que estaba sentado en el asiento del acompañante de mi autito.

Un tipo agradable pero bastante parco. Sólo hablaba con monosilabos..”le duele?”, “Si”, “siente las piernas?” “si”, “ella es mi novia” dije para entrar en confianza con él y hacer sentir bien a …pongámosle Gabriela, otra vez. El tipo no respondió pero ya se sabe, los albañiles suelen ser bastantes prudentes cuando se los atropella.

De ahí al Hospital tardamos nada. Esta vez no pise a nadie. Lo dejé en la puerta, le auguré una larga vida, le dí saludos para la señora y los 6 hijos..Y RAJÉ.
Nunca más supe de él.
Jamás sabré si no me demandó porque no sobrevivió, o nadie tomó la patente del auto o vió como un buen gesto que le presentara a mis afectos.

Conclusión: Casi tengo mi primer homicidio culposo y mi primer demanda de la vida sólo para tener sexo.

Hay más, mucho más.


 
Continuará

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails