Yo sabía que no estaba paranoico. A mi, alguien me sigue...

29 de febrero de 2008

MI SAN VALENTIN


Día de San Valentín... todos se aman.

Los púberes corren y juegan a ser grandes entre tímidas miradas y pudorosos roces mientras los adolescentes hacen lo mismo pero sin timidez ni pudor. Se chapan a morir.
Palestinos e Israelíes deponen las armas, Mario y Gerardo se toman un café. Las matemáticas y yo arreglaremos cuentas en otra oportunidad.
Las aves danzan su galanteo de amor y los perros se abotonan por doquier. La naturaleza toda hoy tributa a Eros con una orgía que nada tiene de promiscua y mucho tiene de pasión.

Me despierto a las 6 de la mañana.

Hoy, a diferencia del resto del año, el reloj no surcará el espacio aéreo de mi habitación. Por el contrario, le sonrío y presiono suavemente el stop. Hay amor en ese toque sutil.
Canal 13 me da los buenos días. Sé que los conductores tienen entrelazados sus pies por debajo del escritorio y es que también hay amor en las noticias, en los ojos del asesino y en las vacas del informe agropecuario; hay amor en los asambleístas entrerrianos y en el intendente de Pinamar. Hay amor en mis tostadas.

Beso a mi chica y la veo vestirse a mi lado.

Siento que interpreto el video de Bob Sinclair (“love is in the air”); bailo por las calles de mi Bahía más Blanca que nunca y miles de parejas de todas las edades se me unen, es maravillosa y ligeramente gay mi coreo final en las escaleras de la Universidad del Sur.
Sé positivamente que hoy será un día glorioso.

Mi certeza dura lo que tardo en advertir su indumentaria.

El ambo me indica que hoy tiene guardia hasta las 21hs. Hoy, si hoy, 14 de febrero, justo hoy.

Debe ser record Guiness la marca que acabo de establecer. En menos de tres segundos imagino 64 diversas maneras de meterle el arco y las flechas por el culo a cupido.

Es un hecho comprobado y corroborado por el departamento de estudios de nabos importantes que en este día de los enamorados todas las personas que están en pareja, TODAS, van a coger.
Menos yo.

Un día como hoy Ud. espera, lógicamente, poder estar con su amor. Esta empresa se me presenta poco menos que imposible con mi chica a 40 km. de casa y Angelina Jolie más lejos aún. El verdadero escollo es su trabajo y no la distancia (me refiero a mi chica); de todas maneras 15 hs pasan rápido, lo único que tengo que hacer es no salir de casa, no prender el televisor ni asomarme por la ventana.
Difícil.

Llego al Ministerio, hoy particularmente apesta más que de costumbre y es que huele a empleado público enamorado.
Estoy rodeado.
Si hasta los malditos expedientes son color rosa, me parece a mi o tienen forma de corazón?

Me rajo a tribunales, allí estaré a salvo, no conozco lugar menos propicio para encontrar amor.

En la esquina de la plaza regalan rosas a las damas, me sorprendo pensando con una mueca siniestra si las espinas transmiten el tétano.
Sobrevivo apenas la mañana. Un par de msn de la negra me provocan una sensación de vacío en el estómago, eso y que ya son las 14hs me voy a comer.

“Piazza” explota de parejitas. Yo quiero que explote en la forma más literal posible. Lo mismo sucede con “Revoque” y con el resto de los boliches. Qué pasa? Nadie come en su casa??

En cada lugar que entro – sólo – genero una avalancha de miradas femeninas que interpreto como de “pobre, esta sólo. Qué triste drama ensombrece su existencia y castiga su alma?” otras, -adivino-, dicen “he ahí un corazón huérfano de amor en busca de su destino esquivo”. Ninguna dice “papito, qué fuerte estas, sentate acá”. Tendrá que ver que todas están acompañadas. Seguro es eso.

Me voy a casa.
“Doritos” pide que vuelvan los lentos, yo me contento con que vuelva mi chica.

Compromisos previamente asumidos me obligan a ir al estudio.
Normas de ética y el nunca bien ponderado secreto profesional me impiden relatarles las consultas evacuadas, pero lo puedo resumir en un ME QUIERO MATAR !!
Harto, emprendo el regreso a casa tipo 20 hs, en el camino el celu me dice que Moni esta volviendo en su remisse y llega 21.30.
Paso por el super, compro un lomo, crema, roquefort y papitas noisse.
Meto todo en el horno y lleno la bañadera para cuando ella llegue.
Me quedan 3 horas de San Valentin y las pienso aprovechar.

Al final, quién dice, todavía puede ser un día genial


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